sábado, 16 de enero de 2010

Multinacionales

El término multinacional se refiere a un número múltiple de naciones, y se ha hecho muy común al utilizado cuando se habla de las empresas multinacionales.
Estas son empresas que no solamente se establecen en su país de origen, sino que también hacen presencia en otros países, no sólo en la venta de sus productos sino con establecimientos que elaboran sus productos en estas otras naciones.

Su filosofía tiene un concepto global, un punto de vista mundial en sus negocios sobre los mercados (clientes), servicios y productos, en el cual ven como su mercado objetivo al mundo entero. Estas empresas se caracterizan por el empleo de trabajadores tanto del país de origen como del país en el que se establecieron, y así como tienen grandes seguidores, también tienen una gran cantidad de detractores.

Los seguidores de este tipo de compañías argumentan que el establecimiento de estas en un país determinado contribuye con la ocupación de personas del país en el cual se establecen; es decir, generan empleo para muchos trabajadores de este lugar. De la misma forma, estas empresas multinacionales también deben enfrentar la competencia de otras multinacionales o de empresas locales fuertes en los mercados en los cuales venden sus productos. Esta competencia requiere que estas compañías respondan a las necesidades y exigencias de los mercados locales sin perder eficiencia a nivel mundial, haciendo que inviertan recursos en investigación y busquen avances tecnológicos, administrativos y productivos con los cuales puedan obtener beneficios. Al aplicar estas tecnologías y conocimientos, se produce una transferencia de éstos a los países en los cuales hacen presencia tales empresas.

Los críticos de las compañías multinacionales, por su parte, argumentan que estas compañías se convierten, en algunos casos, en explotadoras de los países en los que se establecen pues éstas muchas veces se ubican en países en los cuales los salarios de los trabajadores son bajos, lo que hace que los costos de los productos sean menores. De la misma forma, explotan los recursos existentes en los países (recursos naturales, por ejemplo) sin que, posteriormente, las ganancias que obtienen de tales explotaciones sean reinvertidas en el país sino que son enviadas a la compañía principal ubicada en el país de origen, lo que produce una fuga de dinero hacia otros países que no contribuye a la economía nacional.

Estos son algunos de los pros y los contras de las empresas multinacionales, las cuales, a pesar de las grandes críticas, son un fenómeno que se hace cada vez más fuerte a nivel mundial.

Algunas compañías multinacionales que hacen presencia en Colombia son: Coca-Cola, Procter & Gamble, Nestlé, Parmalat, Colgate–Palmolive, McDonalds, etc. Sólo pocas compañías colombianas se pueden considerar como multinaciones, siendo el ejemplo más conocido de éstas la empresa Carvajal S.A., del Valle del Cauca.

Aunque el 2008 fue un año récord en materia de inversión colombiana en el exterior (US$2.157 millones), las empresas del vecindario al parecer hicieron mayores esfuerzos por internacionalizarse. En consecuencia, ninguna firma local clasificó al escalafón de las principales 'traslatinas' o multinacionales de la región que anualmente elabora la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) .

Según ese listado, las compañías brasileñas fueron las principales inversionistas extranjeras del 2008, con 20.457 millones de dólares (61 por ciento del total regional), seguidas de las chilenas y las venezolanas con 6.891 y 2.757 millones, respectivamente.

La inversión colombiana constituyó tan solo el 6,24 por ciento de los 34.651 millones de dólares que destinaron las empresas latinoamericanas a inversiones externas el año pasado.

Si bien supera las efectuadas en los dos años anteriores, es inferior a la del 2005, cuando se presentó un 'ruido estadístico' en las cifras de inversión externa, pues en la suma total (4.662 millones de dólares) se incluyó el intercambio de acciones entre Bavaria y SABMiller.

Otra manera de ver las cosas

No obstante, matiza la Cepal, si se evalúa esta clase de inversiones en relación con del tamaño de cada economía, la apuesta externa de Colombia es de casi el 1,5 por ciento del PIB, nivel similar al de Venezuela y no tan lejano del 2 por ciento de Brasil.

Chile es el que más se destaca desde esta perspectiva, pues destina el 4,5 por ciento de todo lo que produce para invertir afuera.

Las empresas chilenas también se distinguen por que el principal destino de sus inversiones es Suramérica, mientras en el caso de Brasil y Colombia el receptor más importante es Estados Unidos.

El escalafón de las 35 'traslatinas' de la Cepal -publicado en su informe anual sobre inversión extranjera en la región- ubica a la petrolera estatal venezolana Pdvsa en el primer lugar.

El 98 por ciento de sus ventas se hace en el exterior, y en el 2007 (cifra más reciente) facturó 110.000 millones de dólares.

En el segundo puesto está su colega brasileña Petrobrás, con ventas por 87.476 millones. En este escalafón también hay empresas argentinas, mexicanas y chilenas, pero ninguna colombiana.

En la lista de un año atrás, cuando Pdvsa y Petrobrás también lideraron, sí había una representante del país: la Organización Terpel (en la casilla 31).

Aunque Ecopetrol ha hecho varias compras en el exterior, la mayoría son de este año y no del 2008; por eso no clasificó en el ranking de la Cepal.

No obstante, el organismo destacó la participación de la petrolera nacional en un proyecto de exploración en el Golfo de México, operado por la noruega Statoil-Hydro. Esta inversión se suma a otras que la empresa ha hecho en Brasil, Estados Unidos y Perú.

'Traslatinas' que invirtieron aquí

La principal minera latinoamericana, Companhia Vale do Rio Doce (Brasil), adquirió la mina de carbón de Cementos Argos.

El también brasileño Votorantim comenzó a invertir en una nueva planta siderúrgica en sociedad con la firma Acerías de Colombia (Acesco).

Gerdau, otra compañía del gigante suramericano, compró el 50,9 por ciento de la colombiana Cleary Holdings, que tiene unidades de producción y reservas de coque.

La mexicana Mexichem (industria química) se quedó con Colpozos.

Coca-Cola Femsa (México) adquirió Brisa, marca nacional de agua embotellada.

La chilena Falabella tomó el control de cinco tiendas Casa Estrella. Cencosud, también de Chile, abrió sus primeros puntos de venta Easy.

Las empresas colombianas ya no se limitan al mercado local. Carvajal, Colombina, Nacional de Chocolates, Argos, ISA y Terpel son algunas de las multinacionales criollas.

Desde hace unos años, algunas empresas colombianas encontraron en el extranjero oportunidades de crecer, de llevar su nombre y de paso el de Colombia al exterior, con los retos y contratiempos que esto implica.

Carvajal, fundada en 1904 por Manuel Carvajal Valencia, comenzó, 60 años después, su proceso de expansión. A la fecha, esta compañía tiene producción propia en 17 países fuera de Colombia (seis latinoamericanos, cinco centroamericanos, dos en Norteamérica, dos caribeños, uno europeo y uno asiático) y sus productos llegan a más de 50.

Esta empresa vallecaucana se ha fortalecido en el campo editorial, y sus reconocidas Páginas Amarillas son el mejor símbolo de su presencia tras fronteras. Además, Carvajal ha incursionado con otros servicios como asesorías en comercio electrónico y mercados (en Venezuela, Ecuador y Perú), manejo de espacio de materiales (en Ecuador, Panamá, Perú, Venezuela y Estados Unidos) y música ambiental (en Panamá y Venezuela).

Pero Colombia no llega al resto del mundo sólo con papeles. También lo ilumina. Bueno, a una parte de él. Interconexión Eléctrica S.A. (ISA) se ha constituido en uno de los mayores transportadores de energía en Latinoamérica con 36.647 kilómetros de circuitos de alta tensión, y se ha apropiado de seis compañías: ISA Perú, Red de Energía del Perú (REP), Transmataro, ISA Bolivia, Companhia de Transmissao de Energia Electrica Paulista y XM, de expertos en mercados.

“En ISA se entendió que si quería ser un jugador importante en la transmisión de energía, había que salir”, expresa Luis Fernando Alarcón, presidente de esta sociedad. Los socios de ISA han sido los principales beneficiarios de este crecimiento. En 2006 sus acciones se valorizaron 4,6 por ciento, y cerca de 550.000 se transaron en promedio durante las 242 ruedas de la Bolsa de Colombia, movimientos que las ubicaron entre las más cotizadas en el mercado.

En 1998 ISA puso en servicio su primera interconexión internacional, entre Colombia y Ecuador. Dos años después obtuvo una concesión en Perú de la que surgió ISA Perú y al año hizo interconexión con Estados Unidos, Venezuela, México y 12 países de Centroamérica y el Caribe. En Bolivia es el segundo transportador de energía y en Brasil es dueño del 89,4 por ciento de la compañía eléctrica del estado de Sao Paulo.

Colombia también está endulzando el mundo por medio de empresas como Colombina y el Grupo Nacional de Chocolates. La primera, fundada en 1918 por Hernando Caicedo, empezó con la producción de panela en un trapiche tirado por bueyes y hoy cuenta con 5.500 trabajadores. Alrededor de 520 laboran en el exterior, y de estos, 35 tienen la tarea de dirigir las operaciones para que latinos, centroamericanos y estadounidenses disfruten de los mismos dulces como lo haría cualquier persona que viva en Colombia. En total, Colombina envía sus productos a casi 40 países y en Guatemala incluso hay planta de producción propia desde 2001.

Ese año la empresa obtuvo por ventas externas ingresos cercanos a los 36 millones de dólares y para 2007 su proyección es conseguir 150 millones de dólares por este mismo concepto. En enero pasado abrió oficina y distribuidora propias en Estados Unidos, país en el que ya había logrado, años atrás, ser el segundo proveedor de dulces, después del Reino Unido. Estados Unidos es un mercado difícil y muy reñido, pues las marcas nacionales están demasiado arraigadas entre los consumidores. Por eso la apuesta de Colombina es proveer para supermercados como Wal Mart y marcas blancas, lanzar productos de bajo precio y consolidar su oferta en temporadas como Halloween y Navidad.

“Somos cuidadosos con las culturas locales, pero aun así es muy difícil crecer en mercados internacionales. Eso implica un incremento de capital y alcanzar ciertas condiciones de crédito, además de la revaluación, que se volvió un tema delicado para los exportadores”, expresa César Caicedo Jaramillo, presidente de la compañía.

Carlos Enrique Piedrahíta, presidente del Grupo Nacional de Chocolates, también reconoce las complicaciones de penetrar mercados más allá de las fronteras nacionales: “Nuestras principales dificultades han sido las licencias sanitarias y las barreras arancelarias. Entender los gustos de los consumidores y preparar gente idónea para dirigir las operaciones toma tiempo, no es fácil, pero de los errores y de los logros se aprende”.

El proceso de expansión internacional del Grupo Nacional de Chocolates, perteneciente al Grupo Empresarial Antioqueño, los ha llevado a cubrir 11 países, Venezuela, Ecuador, Perú, México, Estados Unidos y los seis centroamericanos, a través de compañías filiales o de distribuidoras. Además de estas naciones, sus golosinas, galletas, chocolates y café soluble se consumen en los cinco continentes, en 66 países. Coreanos y marroquíes, por ejemplo, no se salvan de esta invasión comestible. En 2005, este conglomerado consiguió por ventas externas 196 millones de dólares, y en 2006, 265 millones de dólares, lo que significó un aumento del 36 por ciento. El reto es que 2007 finalice con una cifra de 400 millones de dólares por este mismo concepto, y en un plazo mediano, que el 50 por ciento de los ingresos generales provenga del exterior. Para mantener sus propósitos, el Grupo ha empleado 3.300 personas que hoy son lideradas por 30 colombianos.

Una de las empresas que con más fuerza se han consolidado en el exterior es Argos, una cementera que nació en febrero de 1934 por la sociedad de seis hombres antioqueños y que hoy cuenta con 15 plantas en el continente, 11 situadas en Colombia y las restantes en Panamá, República Dominicana, Venezuela y Haití. En ellos su estrategia fue apropiarse de empresas nacionales como la venezolana Corporación de Cemento Andino. Argos es el quinto productor de cemento en Latinoamérica y el sexto productor de concreto en Estados Unidos., país en el que, el año pasado, adquirió la concretera Ready Mixed Concrete Company.

En 2006 la distribución de gasolina a los ecuatorianos llega ahora por medio de Terpel. La empresa compró las 65 estaciones de servicio de Lyteca, subsidiaria de Chevron Texaco. El pasado febrero, en Panamá, Terpel también compró 53 estaciones de servicio de la marca Accel, perteneciente a la Petrolera Nacional. “Nuestro proceso de internacionalización se ha logrado sin tropiezo, porque nuestra estrategia es entrar con empresas que ya tienen reconocimiento en el país al que llegamos”, explica Amaury de la Espriella, presidente de esta compañía que tiene 39 años de funcionamiento en el país y que se encuentra estudiando posibilidades de mercado en Costa Rica, Perú y Chile.

Estas cinco organizaciones son sólo una muestra de tantas otras compañías nacionales que quieren tomarse el mundo con sus productos y servicios. La expansión internacional implica oportunidades de crecimiento, desenvolvimiento en mercados reñidos, enfrentarse a competidores de ligas mayores, así como la capacitación de equipos multiculturales especializados. En una palabra, la expansión significa aumento de la competitividad. Y a esto no hay empresa que diga que no.