jueves, 2 de abril de 2009

LA GERENCIA ANTE LA GLOBALIZACIÓN

La razón no me ha enseñado nada. Todo lo que yo sé me ha sido dado por el corazón” León Tolstoi

“El que quiera tener razón y habla solo, de seguro logrará su objetivo” Goethe

Estamos desenvolviéndonos dentro de un nuevo Siglo XXI en donde se manifiestan grandes transformaciones en muchas disciplinas que requieren ser tomadas en cuenta a fin de enfrentar las repercusiones de la Globalización, especialmente en lo concerniente a lo económico, tecnológico, social, cultural.

Desde luego, la gerencia no puede ignorar esta realidad, sobretodo, cuando se nota, se siente como caen rápidamente todo tipo de muros y barreras entre las naciones al mismo tiempo que se amplía la brecha en el nivel de desarrollo humano al que acceden los distintos pueblos y en donde Colombia, caso nuestro, no puede esto ignorarse, más en su presente, que es crítico en lo político, cultural y social.

De ahí, la relevancia de este artículo de analizar cómo la Globalización debe ser interpretada por la gerencia.

No cabe la menor duda, que el mundo se ve invadido por formas de producción y consumo, manifestándose una preocupación por el deterioro incontenible de los recursos naturales, el avance de la pobreza, la penetración cada vez más dinámica de la Globalización que engloba un proceso de creciente internacionalización del capital financiero, industrial y comercial, nuevas relaciones políticas internacionales y el surgimiento de nuevos procesos productivos. Distributivos y de consumo deslocalizados geográficamente, una expansión y un uso intensivo de la tecnología sin precedentes.

Lo cierto, que la gerencia moderna, debe considerar en este presente, la identidad cultural de los diversos pueblos en la actualidad que se va homogenizando o generalizando según ciertas pautas comunes en marcha hacia una cultura estandarizada. Sin duda alguna, este proceso es propiciado por los poderes generadores de nuevas necesidades de consumo, que manejan a su vez los medios de comunicación social y la producción ofrecida.

No se puede ignorar tampoco, que la nueva escena sociocultural que se presenta ante nuestros ojos en este siglo, dentro de la cual desfilan ciertos procesos reveladores del cambio, como ser una creciente pérdida de peso de las instituciones públicas locales y nacionales en beneficio de los conglomerados empresariales de alcance transnacional, la reformulación de los patrones de asentamiento y convivencia urbanos, la reelaboración de lo propio, debido al predominio de los bienes y mensajes procedentes de una economía y una cultura globalizadas sobre los generados en la ciudad y la nación a las cuales se pertenece, la consiguiente redefinición del sentido de pertenencia e identidad de los pueblos y el pasaje del ciudadano como representante de una opinión pública al ciudadano como consumidor interesado en disfrutar de una cierta calidad de vida, de aquí entonces, de que cabe cuestionarnos acerca del impacto negativo que éstos provocan sobre diversas realidades culturales de los pueblos, en particular sobre sus respectivas identidades, aceptando como un hecho ineludible la marcha hacia la aldea global, como paradigma de constitución del mundo con miras a la homogenización del planeta en lo político, lo económico y social.No olvidemos como se nos recuerda además, de que la globalización es fundamentalmente un suceso social, una forma distinta de establecer las relaciones entre las personas y una manera distinta de organización del trabajo.

Es también una cuestión cultural, dado que hoy las distintas identidades de los pueblos son interdependientes, y unas se enriquecen culturalmente con las otras mediante el intercambio de experiencias.Lo cierto, que insistimos en señalar, que la gerencia debe tener presente, que hoy en día, las empresas ya no se encierran tan solo en sus estrategias de producción, importación o exportación, sino que diversifican su acción re-exportando a otros países los productos que importan, o exportando su producción nacional aunque sea en pequeña escala en un proceso inicial de globalización.

A todo ello se puede agregar, que la gerencia debe considerar, que el proceso de globalización plantea la oportunidad de mejorar las condiciones de acceso a los mercados que anteriormente se hallan fragmentados; es decir, de que los flujos de información, tecnología y capital han sido los que han incrementado su movilidad y por consiguiente constituyen los mercados donde más han mejorado las condiciones de acceso para economías con menor capacidad relativa de generación interna.

Además, de lo anteriormente expuesto, consideramos importante el que la gerencia tome en cuenta, de que el sector empresarial tiene la oportunidad de adoptar y desarrollar una filosofía de la calidad en función de mejorar y diversificar los proceso productivos o de servicios según seda el caso, para abarcar nuevos mercados internacionales y logra un posicionamiento competitivo y estratégico.


Por último, no hay que descuidar el hecho, de que la globalización económica está redefiniendo los procesos de manufactura al localizar las fábricas en diferentes partes del mundo, abriendo las oportunidades pero también significando amenazas para las Pymes, las cuales además de verse presionadas a cambiar sus paradigmas gerenciales requieren diseñar nuevos mecanismos de interrelación con el entorno.