martes, 23 de septiembre de 2008

ASISTENCIA A LA NIÑEZ

En la cobertura asistencial a la niñez, esta humanidad ha aplicado todos los esfuerzos pertinentes con el propósito de transformar a la sociedad, en los tiempos modernos los esfuerzos se encaminan hacia la reconstrucción del tejido social, la educación y la recobra de los valores humanos y sociales y patrióticos, pero todo este esfuerzo se perdería si no se aplicaran estrategias para contrarrestar los componentes de la pobreza, es entonces cuando las políticas sociales se vuelcan a intentar satisfacer y asistir a las clases mas desfavorecidas, cuya acción se pierde sobre todo en modelos de gobiernos centralizados como el nuestro donde la autonomía de las regiones y las provincias luego se monopoliza en beneficio de unos cuantos.

En el mundo entero son alarmantes los indicadores que sobre la infancia y sus componentes se generan: hambre, desnutrición, analfabetismo, violencia, maltrato, enfermedades, entre muchos otras más que se podían nombrar, conllevan a que las políticas asistenciales mundiales giren en torno a esa semilla humana llamada niñez, el futuro del mundo esta en manos de los niños y es en ellos donde hay que verter los recursos sin escatimar esfuerzos, es en los niños de hoy, donde germinara el nuevo hombre del mañana. Pero esta filosofía en muchos programas no pasa de ser solo letra, los macro problemas de las naciones a veces permiten que la ocupancia real sea menos efectiva que la programada y por eso en América latina en especial todavía la asistencia infantil y familiar muestra signos apenas de recuperación y de poco progreso. Cuan grande fueses los ahorros en materia represiva y correccional que tuvieras las futuras sociedades si en hoy día aplicaran a la regeneración y a la buena formación y desarrollo de la infancia, en un contexto de bienestar y desarrollo autogenerado pero asistido a través de la puesta en marcha de programas integrales de educación y formación donde los componentes familiares y comunitarios intervengan aportando de su experiencia y aprendiendo de su practica, conjugados con la experticia de la mano profesional y técnica encaminada hacia el aporte social profesional buscando la restitución ética social y patriótica.

En Colombia, en donde se tiene institucionalizada, como en la mayor parte del mundo, la asistencia infantil, con el funcionamiento del complejo sistema nacional de Bienestar Familiar, es muy extraño entonces encontrar focos poblacionales, con un nivel alto de niñez a quienes los programas institucionales nacionales, y la disposición departamental no los cubre, encontrando un viciado proceso selectivo y benéfico ajeno al querer institucional, pero que por mantener una administración distante de su objeto, es difícil identificar, pues su manejo se radica a funcionarios de menor jerarquía los que terminan desviando el propósito institucional de la política social estatal, si a esto le sumamos el poco y casi nulo conocimiento por parte de la población hacia los beneficios a los que tienen derecho terminamos teniendo toda una gama de sucesos que distancia el desarrollo social y tergiversan el bienestar infantil, el cual en ultimas se convierte en frías cifras estadísticas.

Pero como se enuncio, no solo le compete al Estado a través de sus programas lograr el bienestar y el desarrollo social, en este nuevo mundo el modelo participativo jalona a un auto desarrollo mediante el cual el componente comunitario fija y delimita su progreso, conjugando a este la aplicación entonces del potencial profesional y legal para que juntos alcances los fines, pero ahora con una importante coejecuciòn y vigilancia que lo dispuesto se aplique. Este papel que juega la sociedad civil marca los derroteros de la actual y futura marcha de los programas en materia de infancia, familia, comunidad, microempresa y demás en el desarrollo de todo el mundo entero.

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