martes, 14 de octubre de 2008

Comercio, Competitividad y Nuevos Productos

Durante los últimos años ha habido un notable crecimiento de la economía, y sin embargo las cifras del desempleo en el país no corresponden a este crecimiento. Además, los analistas indican que este crecimiento se explica por factores externos como son la inversión de capitales foráneos y el alto precio de las materias primas que se exportan.

Como consecuencia de estas observaciones se puede deducir que lo que falta es incentivar la producción de productos con valor agregado que aprovechen la amplia variedad de materias primas disponibles en el país, y en especial su abundante biodiversidad. Según Hausmann[1] “la pobreza se explica porque la gente no sabe qué producir ni cómo hacerlo”.

Las posibilidades de tratados de libre comercio con otros países requieren una modernización de los sistemas productivos y educativos, para satisfacer la demanda de productos novedosos con la calidad necesaria para ser aceptados en esos nuevos mercados. Para contribuir a responder a estas necesidades se requiere orientar algunos esfuerzos en los programas académicos al aprendizaje de cómo desarrollar nuevos productos y mejorar los ya existentes, no sólo para el mercado interno sino especialmente para los mercados internacionales.

El problema real es que los egresados universitarios tienen muy poco o ningún entrenamiento en las metodologías para el desarrollo de nuevos productos. Además, la selección de los productos que se pretenda mejorar o desarrollar depende no sólo de las oportunidades que se identifiquen entre los posibles consumidores sino también de las tecnologías disponibles y del conocimiento técnico necesario.

La Competitividad


El desarrollo de nuevos productos es una de las actividades que mayor competitividad puede representar para un país o para una empresa. Entendida la competitividad como la productividad (valor agregado por unidad incorporada) con la cual una nación, una región o un cluster emplean su talento humano y sus recursos naturales y de capital. Esta productividad, que determina el nivel de vida de una región o de un país, depende no sólo del valor de los productos y servicios que se ofrecen sino también, de manera especial, de la eficiencia con que se producen.

En el concierto mundial de las naciones es importante recordar que la globalización no subsidia ineficiencias. Es por esta razón que el profesor Hausmann dice que “el nivel de ingresos de cada país tiene que ver con lo que sabe producir. Los países ricos producen cosas de ricos y lo pobres, cosas de pobres”.

En muchas ocasiones no es tan importante en qué compite un país u organización sino en realidad lo que realmente importa, en términos de creación de calidad de vida y prosperidad, es cómo se hace. Así que a la hora de la verdad, la ubicación de los propietarios de las empresas o firmas es un aspecto secundario porque lo importante es la calidad de los empleos generados y la prosperidad general de la comunidad. Para lograr esta prosperidad debe haber una relación sistémica entre los diferentes entes de los sectores públicos y privados, para así crear una economía productiva.

La competitividad está basada en dos pilares fundamentales: la eficiencia operativa y la propuesta de valor.

Estos dos pilares dependen de cinco factores, a saber:

(a) Costos, que tiene que ver con llevarlos a su valor mínimo, así como ofrecer una variedad óptima de productos de diseño similar (concepto de la era industrial pero discutible en una economía basada en el conocimiento), la integración de los proveedores lo mismo que el manejo automático de los materiales.

(b) Calidad y confiabilidad, que requieren un riguroso y disciplinado desarrollo del proceso y del producto, así como enfocarse en satisfacer los requerimientos del cliente y hacer énfasis en ensayos de calidad e índices de desempeño, que garanticen la aceptación de los productos en el mercado.

(c) Oportunidad para el mercadeo, que necesita garantizar recursos suficientes para iniciar el desarrollo del producto, la vigilancia constante del mercado y de las necesidades de los clientes (inteligencia de mercados), así como programas bien administrados y responsabilidad en las entregas.

(d) Innovación y tecnología, es un factor muy importante que se apoya en la Gestión de Tecnología de acuerdo con la estrategia de producto, la administración efectiva de la tecnología y políticas claras de inversión en tecnología y capacitación de los empleados.

(e) Flexibilidad para dar respuesta rápida a las oportunidades que se presentan en el mercado, con facilidades para adaptarse a las modificaciones que surjan en el diseño del producto y para integrar al proceso las nuevas tecnologías que aparezcan.

Diseño Integrado de Productos (DIP)

En consecuencia, el éxito competitivo de una organización depende del desarrollo integrado de los productos y de la oportunidad de mercadeo. Este desarrollo integrado de los productos (DIP), que define los objetivos estratégicos empresariales, la efectividad organizacional y el diseño tecnológico, tiene que ver sistémicamente con la integración estratégica de todas las áreas de la organización, su integración funcional y la integración logística o de la cadena de suministros.

Con el diseño integrado de productos se obtienen objetivos tan importantes como diseñar productos que satisfagan mejor las necesidades y expectativas de calidad de los consumidores, diseñar procesos para obtener productos a precios más competitivos, reducir no sólo el tiempo de diseño de procesos y productos sino también el tiempo para salir al mercado, y aumentar la productividad con diseños reproducibles y disminución del número de cambios imprevistos en estos diseños.

Para poder cumplir con todas las actividades necesarias para el diseño integrado de productos surge una nueva actividad profesional dentro de la empresa, cual es el Ingeniero de Desarrollo de Productos que tiene que tener la versatilidad en conocimientos suficiente para interactuar de manera armónica con los proveedores, lo mismo que con los de investigación y desarrollo así como con mercadeo y con el desarrollo de las operaciones, que incluyen compras, ingeniería industrial, empaques, exportaciones, calidad, finanzas, planeación y los aspectos legales asociados con el producto. Este profesional es el encargado de coordinar las diversas evaluaciones que se deben realizar a lo largo de las cinco etapas de desarrollo de nuevos productos.

Nuevos Productos

Uno de los principales desafíos que tienen actualmente las empresas colombianas es desarrollar nuevos productos, con valor agregado, para competir con aquellos que llegan de otros países y para aumentar sus líneas de exportación. De acuerdo con la experiencia de muchas empresas hay dos maneras de desarrollar productos exitosos: uno es diseñar proyectos a partir de las necesidades de los consumidores y hacer el trabajo necesario para lograr un producto con aceptación en el mercado. La otra manera es seleccionar proyectos con posibilidades de éxito y hacer una buena selección dentro de un portafolio amplio de ideas.

El alcance del desarrollo de nuevos productos es muy amplio, incluye fundamentalmente tres áreas:

(a) los productos químicos básicos que se obtienen a partir de los recursos naturales;
(b) los productos industriales que tienen su origen en los productos químicos básicos
(c) los productos para el consumidor que tienen que ver con los procesos de manufactura en los cuales las materias primas son los productos químicos industriales que se transforman en los productos deseados por los consumidores, tales como alimentos procesados, cosméticos, artículos para el hogar o la oficina, etc.

[1] Ricardo Hausmann, Director Centro Investigaciones del BID

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